Manifiesto de Montecristi
“La guerra no es contra el español que, en el seguro de sus hijos y en
el acatamiento a la patria que se ganen, podrá gozar respetado, y aun amado, de
la libertad que sólo arrollará a los que le salgan, imprevisores, al camino.
Nosotros, los cubanos, empezamos la guerra, y los cubanos y los españoles la
terminaremos […]. No hay odio en el pecho antillano, y el cubano saluda en la
muerte al español a quién la crueldad del ejército forzoso arrancó de sus casa
y su terreno para venir a asesinar en pecho de hombres la libertad que él mismo
ansia. Más que saludarlo en la muerte quisiera la Revolución acogerlo en vida,
y la República será un tranquilo hogar para todos los españoles laboriosos y
honestos, que podrán gozar en ella de la libertad y de los bienes que no
habrían de encontrar aún por largo tiempo en la flaqueza, la apatía y los
vicios políticos de sus país […]”.
Montecristi, Santo Domingo, 25-03-1895. Firmado por José Martí y Máximo
Gómez
Ultimátum de Estados Unidos a España
Considerando que el aborrecible estado de cosas que ha existido en Cuba
durante los tres últimos años, en isla tan próxima a nuestro territorio, ha
herido el sentido moral del pueblo de los Estado Unidos, ha sido un deshonra
para la civilización cristiana y ha llegado a su periodo crítico con la
destrucción de un barco de guerra norteamericano y con la muerte de 266 de
entre sus oficiales y tripulantes, cuando el buque visitaba amistosamente el
puerto de la Habana (…) no pueden soportarse por más tiempo como lo afirma el
presidente de los Estados Unidos en su mensaje de 11 de Abril de 1898, sobre el
cual el Congreso ha sido invitado a pronunciarse. En consecuencia, el Senado y
la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, reunidos en Congreso han
resuelto::
1º.- Que el pueblo de Cuba es y debe ser libre e independiente.
2º.- Que es deber de los Estados Unidos exigir que el gobierno español
renuncie inmediatamente a su autoridad y gobierno en la isla de Cuba y retire
sus fuerzas de las tierras y mares de la isla. Si a la hora del mediodía del
sábado próximo, 23 de abril, no ha sido comunicada a este Gobierno por el de
España una completa y satisfactoria respuesta a la Resolución, en tales
términos que la paz de Cuba quede asegurada, el presidente procederá sin
ulterior aviso a usar poder y autorización ordenados y conferidos a él, tan
extensamente como sea necesario
3º.- Que se autoriza al Presidente de los Estados Unidos, y se le
encarga y ordena, que utilice todas las fuerzas militares de los Estados Unidos
para llevar a efecto estos acuerdos.
Ultimátum a España, Congreso de los EE.UU, 18 de abril de 1898
Tratado de paz entre España y Estados Unidos
de América, 1898.
“S. M. la Reina Regente de España, en nombre
de su augusto hijo D. Alfonso XIII y los Estados Unidos de América, deseando
poner término al estado de guerra hoy existente entre ambas naciones…. Previa
discusión de las materias pendientes han convenido en los siguientes artículos
Art. 1. España renuncia a todo derecho de soberanía y propiedad sobre
Cuba. En atención a que dicha isla, cuando sea evacuada por España, va a ser
ocupada por los Estados Unidos…
Art. 2. España cede a los EEUU la isla de Puerto Rico y las demás que
están ahora bajo su soberanía en las Indias Occidentales, y la Isla de Guam en
el archipiélago de las Marianas o Ladrones.
Art. 3. España cede a los EEUU el archipiélago conocido como las Islas
Filipinas (...) Los Estados Unidos pagarán a España la suma de 20 millones de
dólares dentro de los tres meses después del canje de ratificaciones del
presente Tratado.
Art. 4. Los Estados Unidos, durante el término de diez
años a contar desde el canje de ratificación del presente Tratado, admitirán en
los puertos de las Islas Filipinas los buques y mercancías españolas, bajo las
mismas condiciones que los buques y mercancías de los Estados Unidos (…)
Art. 9. Los súbditos españoles podrán permanecer en dicho territorio o
marcharse de él, conservando en uno u otro caso, todos los derechos de
propiedad.
París, 10 de diciembre de 1898
Regeneracionismo de Joaquín Costa
“Con esto,
llegamos por la mano a determinar los factores que integran esta forma de
gobierno y la posición que cada uno ocupa respecto de los demás.
Estos componentes exteriores son tres:
1° Los oligarcas (los llamados primates),
prohombres o notables de cada bando, que forman su “plana mayor”, residentes
ordinariamente en el centro; 2° Los caciques, de primero, segundo o ulterior
grado, diseminados por el territorio; 3° El gobernador civil que les sirve de
órgano de comunicación y de instrumento. A esto se reduce fundamentalmente todo
el artificio bajo cuya pesadumbre gime rendida y postrada la nación.
Oligarcas y caciques constituyen lo que
solemos denominar clase directora o gobernante, distribuida y encasillada en «partidos». Pero aunque se lo llamemos, no lo es; si lo
fuese, formaría parte integrante de la nación, sería orgánica representante de
ella, y no es sino un cuerpo extraño, como pudiera serlo una facción de
extranjeros apoderados por la fuerza de ministerios, capitanías, telégrafos,
ferrocarriles, baterías y fortalezas para imponer tributos y cobrarlos
En las elecciones […], no es el pueblo, sino las clases
conservadoras y gobernantes, quienes falsifican el sufragio y corrompen el
sistema, abusando de su posición, de su riqueza, de los resortes de la
autoridad y del poder que, para dirigir desde él a las masas, les había sido
entregado”.
Joaquín
Costa. Oligarquía y caciquismo como la forma
actual de gobierno en España: urgencia y modo de cambiarla. Memoria
de Sección sometida a debate del Ateneo de Madrid, en marzo de 1901,
Establecimiento Fortanet, Madrid, 1901.
Joaquín
Costa y la cuestión social
"Después de medio siglo de (...)
pronunciamientos, manifiestos, revoluciones, (...) cambios de régimen y de
dinastía, proclamación de Constituciones (...), tenemos lo que se pedía,
constitución liberal, (...) sufragio universal, derechos individuales y, sin
embargo, seguimos lo mismo que estábamos: el pueblo gime en la misma
servidumbre que antes, (...) su mísera suerte no ha cambiado en lo más mínimo,
(...).
¿Y sabéis por qué? Porque esa
libertad no se cuidaron más que de escribirla en la "Gaceta", (...)
porque no se cuidaron de afianzarla dándole cuerpo y raíz en el cerebro y en el
estómago, promoviendo una transformación honda de la agricultura, que haga
producir doble que al presente y disminuya el precio de las subsistencias, y,
mediante la difusión de la propiedad territorial, elevando a los braceros a la
condición de terratenientes. (...) No vieron que la libertad sin garbanzos no
es libertad. No vieron que por encima de todas las Constituciones y de todos
los derechos individuales (...) el que tiene la llave del estómago tiene la
llave de la conciencia, y, por tanto que el que tiene el estómago dependiente
de ajenas despensas no puede ir a donde quiere, no puede hacer lo que quiere,
no puede pensar como quiere, no puede el día de las elecciones votar a quien
quiere; no reflexionaron que el que no sabe es como el que no ve, y que el que
no ve tiene que ir conducido por Lazarillo a donde el Lazarillo quiere
llevarle, que raras veces es a donde al ciego le conviene, que casi siempre es
a donde le conviene al lazarillo, (...) la revolución no pudo rendir fruto
alguno, quedó estéril".
Joaquín Costa. "La tierra y la cuestión social"
Joaquín Costa
Acorazado Maine
Acorazado Maine
General Ramón Blanco
General Weyler
Antonio Maceo
Máximo Gómez
José Martí
Presidente McKinley